sábado, 30 de junio de 2012

Crónica: Carlos Núñez Torres


DESPUES DEL LLANTO, LLEGA LA FELICIDAD


El 25 de abril del 1989 Manuel  Cortez Marimon, dio testimonio ante las autoridades competentes de la fuerte crisis que le causo la violación de su pequeña hija Keila en la ciudad  de Sincelejo de tan solo 13 años de edad, este hecho aparentemente era algo difícil de averiguar y todo parecía lejos de una respuesta de: quien, porque, como…

El 30 de octubre de 1990 Manuelito como era conocido por muchos no se quedó con esa espinita, busco información acerca de que se podría hacer en ese caso  para que el dolor que le habían causado a él y a su pequeña hijita no quedara impune. Logro contactar a uno de los mejores abogados pertenecientes a la ciudad de Cúcuta y puso todo en manos de la fiscalía.
Cuando menos lo esperaba un domingo 20 a las 2:15 pm, del 2010 del mes enero    recibió una llamada que se puede decir que cambió el rumbo de sus vidas, José ramón. Uno de los jueces encargado de este caso le confirmo fecha, hora, lugar, quien y como sucedió lo que le habían hecho a la joven pensar que la vida  era un tiempo perdido.

El juez afirmo y llamo a cadena perpetua por abuso a menores al sacerdote Román Suarez batista quien había sido el único violador de menores en el 1989, el cual en esa fecha se llevó como a Keila a otros niños a lugares apartados de las ciudad y decía que los llevaba a un supuesto seminario sin el consentimiento de sus padres, esto aconteció con exactitud  el 18 de abril a las 10 de la mañana después de una misa de  domingos.

Hoy este supuesto sacerdote paga sus pecados detrás de las rejas y se lamenta de todo lo que causo.

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